Todo comenzó en un pequeño barrio, desde mi casa veía pasar día y noche niños y niñas sin parar. Muchos de ellos con heridas en sus pies por andar descalzos sin parar.
Yo en mi casa sólo podía pensar: «Algún día me gustaría actuar y crear un lugar donde todo les podría cambiar. Ese lugar CALMA se llamará. Donde tendrán un hogar para poder disfrutar, también podremos llorar y recordar todo aquello que quedó atrás.»
«En CALMA habrá diversión y mucho más, desde juegos de mesa durante la lluvia, a salir de turistas y conocer sin más una familia que de sangre no será, música para el alma tendrás y la piscina al lado nos refrescará.»